El director del Departamento de Construcciones Civiles, investigador (Conicet) y docente de la FCEFyN, Ing. Marcos Montoro destaca a lo ambiental como eje del desarrollo.
La realidad política, económica y social, la ciencia, la tecnología y los desafíos han evolucionado a lo largo de este siglo y medio transcurrido desde el egreso del primer Ingeniero Civil. A lo largo de la historia, los ingenieros debieron desarrollar tecnología para dar respuestas técnicas, económicas y creativas a las distintas demandas con el objetivo de mejorar la calidad de vida para la sociedad. En las últimas décadas, la población mundial aumentó y con ello se multiplicó la demanda de bienes y servicios. En consecuencia, se incrementó el consumo de recursos naturales renovables y no renovables. Esto se vio agravado por el cambio en la forma de vida de las sociedades, marcado por el impacto de las revoluciones industriales, tecnológicas, de las comunicaciones y del conocimiento. La principal consecuencia es una marcada migración de la población hacia las ciudades y grandes concentraciones urbanas.
Esto generó y aún genera importantes tensiones y conflictos relacionados con la demanda de superficie: aumenta la extensión de las ciudades, las necesidades de infraestructura y servicios con los consumos de materiales de construcción y la consecuente generación de residuos. Esto provoca impactos ambientales, económicos y sociales, y la necesidad de mayores inversiones para dotar de servicios a los nuevos asentamientos. El crecimiento urbano debe ser previsto y planificado responsablemente, considerando todas sus dimensiones e impactos desde un inicio. Por ello, el desarrollo de las ciudades del siglo 21 debe considerar a la sustentabilidad ambiental como uno de los ejes principales. En la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible de 2015, los estados miembro se propusieron lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Reciclado y reutilización
En primer lugar, la sustentabilidad debe ser considerada desde la planificación urbana, y luego desde la materialización y posterior construcción de las ciudades.
En este sentido, es necesario fomentar la utilización de materiales reciclados o la reutilización de desechos en materiales de infraestructura. También se requiere de una planificación adecuada en sistemas de transporte, con incorporación de tecnología para aumentar su eficiencia. Agregar valor desde la concepción arquitectónica, el diseño bioclimático y la eficiencia energética; sumar al desafío el uso de fuentes de energía renovables como la solar, eólica y geotérmica. También aparece la necesidad de gestionar y tratar de manera segura y sostenible los crecientes residuos, con espacios periurbanos para la instalación de las plantas de tratamiento y la construcción de sitios de disposición final, como también remediar terrenos contaminados por malas prácticas anteriores. Finalmente, integrar el concepto de “internet de las cosas”, para fortalecer el desarrollo del paradigma de ciudades inteligentes, posibilitando la definición de estrategias en tiempo real para optimizar los distintos servicios a partir del análisis de datos.
Avance profesional
Esta realidad pone en el centro de la escena el ejercicio de la Ingeniería Civil. El profesional se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades que le demandan renovadas competencias técnicas, sociales y actitudinales. Los ingenieros del siglo 21 deben estar ávidos de información, adaptarse a una realidad dinámica, ser creativos, con espíritu emprendedor y flexibilidad para trabajar en equipos multidisciplinarios, y así, participar tanto en el diseño y generación de políticas como en el diseño de las soluciones técnicas, económicas y sustentables apropiadas para cada problemática.
Experiencias de formación profesional -
*Por Ing. Civil María Josefina Positieri. MP 1489
Estudié gracias al sistema de enseñanza público y gratuito de la República Argentina, recibiéndome de Ingeniera Civil en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y realizando todos mis estudios de posgrado, especialización, maestría y doctorado en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Mi vocación docente está enfocada en estas dos universidades y el desafío de la investigación encuentra camino como Directora del Centro de Investigación, Desarrollo y Transferencia en Materiales y Calidad (Cintemac-UTN).
Abrirse o no camino en el ejercicio profesional no depende de la condición de ser hombre o mujer. El progreso está en la naturaleza misma de los seres humanos y esto lo saben quienes sienten dentro suyo la fuerza para avanzar ,respondiendo a los grandes o pequeños retos del día a día.
En el campo en el que me toca actuar me siento sorprendida de querer aprender cada día más, de buscar oportunidades para seguir creciendo y de encontrar respuestas, aún donde en un principio no las vea.
El compromiso con la formación de los jóvenes me brinda la posibilidad de alinearme con los principios de la Agenda 2030 sobre los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos. Transmitir valores y conocimientos a nuestros alumnos que les permitan ser buenas personas y profesionales es un objetivo irrenunciable: brinda la oportunidad de ser protagonistas en un mundo en el que la construcción del conocimiento necesita continuar mediante la educación para el desarrollo y la adopción de estilos de vida sostenibles.