La importancia de pensar como ingeniera

En nuestro suplemento "Civiles" del mes de la Mujer, la profesional graduada en Córdoba repasa parte de su carrera en Italia y en Francia.

Ing. Civil Mónica Mazzuca

Soy de Morteros y me gradué en La Universidad Nacional de Córdoba en 1986 en la carrera de Ingeniería Civil. Durante mis estudios, me decía siempre que la carrera me gustaba mucho pero no estaba segura si ejercer me gustaría: no me veía en obra.

En julio de ese mismo año salimos con la Organización de Viajes de Estudios Internacionales (OVEI). Yo tenía la ciudadanía italiana y la intención de quedarme en Italia. Luego del viaje, en Torino conseguí trabajo rápidamente, en una empresa nacional de servicios informáticos.


Cuando llegué a Italia, en 1987, fue muy fácil conseguir empleo: ellos sufrían de falta de ingenieros y nosotros teníamos muy buena formación. En la empresa de Italia, que era una sociedad del grupo IRI Italsiel (hoy Alma Viva) no tomaban gente formada en informática: buscaban a sus futuros empleados entre aquellos que habían estudiado ingeniería, matemáticas o física. Decían que ese tipo de estudios nos habían formado a pensar y resolver problemas, y era lo que ellos necesitaban. Una vez pasados los tests psicológicos, teníamos una formación de dos meses y medio becados por la región del Lazio (Roma). Luego, empezábamos a trabajar en nuestras respectivas sedes en todo el país. Yo estaba asignada a Torino.

Podría decir que, gracias a mi formación de Ingeniera Civil, descubrí en la informática una profesión que me correspondía completamente. Fueron siete años y medio que me formaron profesional y humanamente; mi mejor experiencia profesional, sin duda. Teníamos formaciones organizadas en función de nuestra evolución todos los años. Luego de siete años, decidí volver a Argentina.

Trabajé siete años en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (Epec), primero en el departamento de arquitectura e ingeniería y después, durante seis años y medio, en el servicio de contratos privados; necesitaban gente con experiencia en informática. Allí me orienté a actividades relacionadas con las finanzas. Sobre el final de los ´90, decidí volver a Italia pero el destino me trajo a Francia, y aquí estoy desde hace 20 años.


Tuve que aprender un nuevo idioma y me aconsejaron hacer una formación para adultos para agregar en mi CV actividades realizadas en este país. Seguí una formación de nueve meses financiada por la Cámara de Comercio en Management de Sistemas de Información. Al cabo de ella, tuve varias misiones en empresas como France Telecom, Sanofi, la Caisse d’Epargne; actualmente, estoy desde hace 15 años en una compañía multinacional.

Respecto a la situación de la mujer en el mercado laboral europeo, en muchas empresas han impuesto cotas para aumentar su participación de manera obligatoria, pero faltan mujeres graduadas en ingeniería. Sucede que tomar empleados extranjeros que no tengan ciudadanía europea, es muy difícil en Francia. Aun para quienes han realizado sus estudios aquí, sin ciudadanía es casi imposible.